La historia que leerán aquí es una tragedia, la crónica de una tecnología monetaria emancipadora subvertida para otros fines. Es una lectura dolorosa, sin duda, y la primera vez que se cuenta esta historia con tanto detalle y sofisticación. Tuvimos la oportunidad de liberar al mundo. Esa oportunidad se perdió, probablemente secuestrada y subvertida. Aquellos de nosotros que observamos Bitcoin desde los primeros días vimos con fascinación cómo ganaba tracción y parecía ofrecer un camino alternativo viable para el futuro del dinero. Por fin, después de miles de años de corrupción gubernamental del dinero, por fin teníamos una tecnología que era intocable, sólida, estable, democrática, incorruptible, y un cumplimiento de la visión de los grandes campeones de la libertad de toda la historia. Por fin, el dinero podía liberarse del control estatal y alcanzar así objetivos económicos en lugar de políticos: prosperidad para todos frente a guerra, inflación y expansión estatal. Esa era la visión en cualquier caso. Por desgracia, no fue así. La adopción de Bitcoin es menor hoy que hace cinco años. No está en una trayectoria de victoria final, sino en un camino diferente para aumentar gradualmente el precio para sus primeros adoptantes. En resumen, la tecnología fue traicionada por pequeños cambios que casi nadie entendió en su momento.